Descripción de ATTOS

La sociedad actual opina, expresa sus puntos de vista sobre productos, empresas, personas, y con la ayuda de los medios actuales de información, y concretamente de la Web, estas opiniones llegan a todos de forma inmediata. La llegada de la Web 2.0 (O’Reilly, 2005) posibilita que cualquier usuario pueda publicar sus propios contenidos, incluyendo estas opiniones en diversos formatos (foros, blogs, microblogs, redes sociales, etc.). Debido a la creciente presencia de opiniones en Internet, cada vez es mayor el número de usuarios que consultan opiniones sobre un determinado servicio, producto, empresa o persona. Según un estudio del año 2008, el 81% de los usuarios de Internet han realizado, al menos una vez, alguna exploración web sobre algún producto, y el 20% lo hace a diario. Además, las opiniones que aparecen en Internet influyen en la decisión de los futuros consumidores, ya que el 80% de los usuarios que han revisado opiniones sobre restaurantes, hoteles y otros servicios relacionados, aseguran que las opiniones consultadas influyen significativamente en
sus decisiones (Horrigan, 2008).

Se multiplican las fuentes de información, se multiplica así mismo la cantidad de información disponible, y por consiguiente surgen nuevos retos y problemas para procesar de forma eficiente esta gran cantidad de datos no estructurados. Como consecuencia, se dispone de un gran volumen de información digital en el que se combinan múltiples lenguas (multilingualidad) y registros de uso con diferentes grados de formalidad (formal/informal) y especialización, emitidos desde diferentes actitudes subjetivas y desde diferentes situaciones de espacio y tiempo. Todo ello debe ser analizado y comprendido por sistemas inteligentes para su adecuada explotación por organizaciones y particulares.

Alrededor de las nuevas tecnologías y aplicaciones asociadas a la web social se está creando una comunidad en constante crecimiento que constituye una potente fuente de generación de información. Esta comunidad está constituida tanto por personas anónimas como por personalidades, instituciones y empresas de todo tipo que han adoptado estas formas de comunicación con objetivos claros que van más allá del simple entretenimiento.

Como consecuencia, existe una necesidad creciente de diseñar nuevas formas de recopilar y presentar la información que requieren avanzar en el reconocimiento y descubrimiento de datos implícitos en la documentación que se genera y en su redifusión a través de la red. Este nuevo escenario constituye a la vez una oportunidad y un desafío para la definición de estrategias personales o corporativas en la comunicación con el destinatario y la satisfacción y fidelización del mismo: una oportunidad para sortear la volatilidad de la economía tradicional y un desafío por la necesidad de disponer de información inmediata y de calidad (John et al., 2008). No en vano, en el ámbito empresarial, términos como “inteligencia competitiva” o “inteligencia de negocio” son cada vez más usados y requeridos. De hecho, esta capacidad de extracción de conocimiento será lo que diferenciará unas empresas de otras, haciéndolas más competitivas y permitiéndoles adaptarse más fácilmente a los tiempos de crisis en los que vivimos.

El lenguaje, en tanto que es un vehículo de expresión genuinamente humano, refleja estos cambios de manera notoria. A las dificultades intrínsecas de las tareas tratadas tradicionalmente por las Tecnologías del Lenguaje Humano (TLH) hay que añadir ahora la aparición de nuevos registros de uso en la lengua escrita que se caracterizan por su proximidad a la lengua oral y, por tanto, requieren de nuevos modelos de lenguaje. Los motores de búsqueda actuales deben hacer frente a una problemática cada vez más compleja, de la que destacamos sólo algunos de sus aspectos más relevantes: (a) la relajación de la norma y la presencia de formas de lenguaje coloquiales con predominio de la subjetividad; (b) la mayor presencia de información no estática, de ahí la importancia de la información temporal ya que no sólo es necesario saber cuándo se genera la información sino también a qué referente temporal se alude; (c) la necesidad de resumir o compilar
datos de múltiples fuentes, formatos y lugares, con el consiguiente cruce de culturas y lenguas; (d) la búsqueda en dominios especializados; (e) la necesidad de contrastar la información y captar la opinión y (f) la verificación de autoría.

Las actuales herramientas para las TLH no son directamente aplicables a estos nuevos usos y medios de comunicación o son, simplemente, inadecuadas. Hasta el momento actual, una de las principales premisas de tales herramientas es la total formalidad en el lenguaje y una cierta rigidez en las condiciones de entrada y salida de datos. Sin embargo, este nuevo escenario hace imprescindible adaptar e incluso replantear el conjunto de recursos y herramientas. Se busca explotar de forma inteligente la ingente cantidad de información publicada y obtener un valor añadido que permita procesarla eficientemente para convertirla en conocimiento (Witte & Gitzinger, 2007).